sábado, 19 de marzo de 2011

2011-29. "Estado de Transmisión", de Chris Moriarty

En un futuro muy lejano.


Título: "Estado de Transmisión"

Título original: "Spin State".

Autora: Chris Moriarty.

Editorial: La Factoría de Ideas.

Año: 2003 (2010 de la edición en español).

Páginas: 440.

Género: Ciencia Ficción.

Frase promocional: "Una novela sagaz, con una buena trama científica llena de detalles, convincente y tan irresistible que no puedes dejar de leer. Chris Moriarty es un talento peligroso." -Stephen Baxter.

Novela finalista del premio Philip K. Dick.


Sinopsis:

Catherine Li, comandante de las Fuerzas de Paz de la ONU, ha realizado treinta y siete saltos más rápidos que la luz en el transcurso de su vida y ha olvidado bastantes más cosas de las que la gente suele recordar. Pero ninguna ampliación de la memoria podría prepararla para enfrentarse a lo que se encuentra en el mundo de Compson, una colonia minera a la que un día llamó hogar: una científica especialista en física cuántica muerta que casualmente es su clon; un conjunto de datos que podría cambiar el equilibrio del poder interestelar y transformar la guerra fría en una guerra muy caliente; y un «accidente» minero que cada vez se parece más a un asesinato…

De la mano de Chris Moriarty, una voz nueva e imponente, nos llega una de las más emocionantes obras noveles de la literatura en años. Bienvenidos a un universo posthumano de inteligencias artificiales en el que la supervivencia puede ser tan solo un estado de la mente; bienvenidos a… Estado de transmisión.

Puntuación: 3/5

Probablemente la mayor virtud de "Estado de Transmisión" resida en su habilidad para combinar diversos subgéneros y corrientes propios de la ciencia ficción, en lugar de limitarse a la especulación científica tan propia del 'hard', como parecen indicar inicialmente tanto algunos de los típicos comentarios de la crítica en la contraportada como las primeras páginas de la historia. Así, en esta novela (que, por cierto, cuanta con una traducción de lo más decente y con apenas un par de fallos gramaticales o de concordancia, cosa que aunque normalmente no cabe menos que dar por hecha, se convierte en algo reseñable cuando se trata de una publicación de 'La Factoría de Ideas'), lo que nos encontramos es una historia plagada de tramas conspiratorias, política, luchas por la libertad y, en conjunto, bastante acción como para satisfacer a cualquier lector ávido de emociones.

Sin embargo, personalmente la historia me ha resultado entretenida, sin más. Aunque el argumento está bastante bien construido, lo cierto es que casi todo me ha sonado a cosa leída con anterioridad y el desarrollo de la historia resulta en conjunto fácilmente predecible: desde la verdadera naturaleza de los cristales de Compson hasta el juego de poder y la traición final. A excepción de Catherine Li, la protagonista, y Cohen, el IA, el resto de los personajes de Moriarty parecen quedarse a medias en muchos aspectos, como si no fuesen más que estereotipos extraidos de cualquier otra historia propia del género. La trama se vuelve excesivamente laberíntica en algunas ocasiones, y no siempre es fácil mantener los cinco sentidos concentrados en la lectura, especialmente porque los conceptos científicos no acaban de desarrollarse a completa satisfacción de los lectores que, como yo, no somos demasiado duchos en el tema.

Haciendo un pequeño ejercicio de introspección, supongo que aquí es cuando me toca decir que, aún siendo una gran lectora de ciencia ficción, o habiéndolo sido en su época, en términos de número de obras del género leídas y siempre sin discriminar entre clásico o moderno o subgénero, lo cierto es que no me puedo considerar una buena lectora de ciencia ficción, al menos si hablamos desde el punto de vista del 'hard'. Probablemente ello se deba a mi falta de conocimientos sobre la materia (física, química), que hace que en ocasiones me resulte difícil aprehender en toda su extensión las diferentes teorías planteadas por el escritor o incluso llegar a distinguir la realidad de la ficción o, en todo caso, la ficción con base teórica real de la que es pura invención; algo que, por otra parte, no siempre resulta fácil en este tipo de literatura.

Lo que quiero decir, para simplificar, es que soy de las que se queda más con la aventura y la acción, o los aspectos más sociales o psicológicos de la historia; una muestra más de que, como lectora, antepongo el entretenimiento al conocimiento. Y a ello ha de contribuir por fuerza el hecho de ser, además, una lectora "rápida", pues si la trama científica se complica demasiado, lejos de tomarme el tiempo necesario para releer teorías e ideas o recurrir a fuentes acreditadas en la materia, mi modus operandi es seguir leyendo en espera de que los acontecimientos aclaren los conceptos confusos.

Supongo que podría decirse, pues, que me gustan las historias a prueba de tontos. Y en eso "Estado de Transmisión", volviendo al tema que nos ocupa, resulta bastante desigual, pues aunque la trama en sí es, como ya he comentado, bastante arquetípica en su desarrollo y planteamientos, algunas de las ideas más científicas se explican de forma bastante confusa o incluso esquemática; y, no sé vosotros, pero creo que ya ha quedado claro que yo no estoy por la labor de leerme ninguna de las obras que la autora recomienda en las cinco páginas finales del libro (¡cinco, ni más ni menos!) para ahondar en determinados conceptos (física cuántica, espuma de espín, agujeros de gusano...).

En conjunto, para mi esta primera novela de Moriarty no llega a ser una lectura imprescindible dentro del género a pesar de las buenas críticas recibidas, si bien es cierto que su personaje principal resulta bastante interesante en su concepción de constructo que oculta sus orígenes y vive, por ello, en continuo temor de que su secreto salga a la luz con desafortunadas consecuencias. Aunque lo más interesante de todo el argumento, sin duda, es la peculiar y ambigua (al menos en principio)relación que existe entre la comandante Li y Cohen, el IA, con todo lo que ello implica en cuanto a la verdadera naturaleza o alcance del desarrollo de estos entes que, para gozar de entidad física, toman a menudo prestados los cuerpos de los seres humanos. Algo que, por cierto, parece práctica común en el futuro ideado por Chris Moriarty, donde ni los seres humanos son como los de ahora, ni las comunicaciones se parecen demasiado a las actuales y donde, desde luego, las capacidades de unos y otras están íntimamente ligados.

Las cosas de la física: un par de conceptos...

Uno de los conceptos clave en esta novela y en el futuro lejano concebido por la autora, es el de espín, hasta el punto de que este término forma parte tanto del título original de este libro ('Spin State') como de la segunda novela de Moriarty, 'Spin Control'. En "Estado de Transmisión", la corriente de espines es a menudo una forma de referirse a las retransmisiones de noticias, o cualquier otra clase de información o acontecimientos, al estilo de nuestros noticiarios televisados y similares. Pero es mucho más que eso y no todo ello fácilmente comprensible, al menos en mi caso.

En nuestro mundo real y actual, aunque no por ello menos complejo, el espín (del inglés spin 'giro, girar') se refiere a una propiedad física de las partículas subatómicas, por la cual toda partícula elemental tiene un momento angular intrínseco de valor fijo. Eso implica que cualquier observador al hacer una medida del momento angular detectará inevitablemente que la partícula posee un momento angular intríseco total, difiriendo observadores diferentes sólo sobre la dirección de dicho momento, y no sobre su valor. Introducido en 1925 por Ralph Kroning, se trata de una propiedad intrínseca de la partícula como lo es la masa o la carga eléctrica.

En contraste con la mecánica clásica, donde el momento angular se asocia a la rotación de un objeto extenso, el espín es un fenómeno exclusivamente cuántico, que no se puede relacionar de forma directa con una rotación en el espacio.

Y si alguien ha entendido algo de todo esto, por favor, que me lo explique...

Quizá algo más comprensible, sin embargo, resulta el concepto de espuma cuántica (espuma de espín para la autora). La espuma cuántica, también referida como espuma espaciotemporal, es un concepto relacionado con la mecánica cuántica, concebido por John Wheeler en 1955. La espuma sería supuestamente la fundación del tejido del universo, pero también se utiliza el término como una descripción cualitativa de las turbulencias del espacio-tiempo subatómico, que tienen lugar a distancias extremadamente pequeñas, del orden de la longitud de Planck. En esta escala de tiempo y espacio, el principio de incertidumbre permite que las partículas y la energía existan brevemente, para aniquilarse posteriormente, sin violar las leyes de conservación de masa y energía. Puesto que la escala de espacio y tiempo se ve reducida, la energía de las partículas virtuales se ve incrementada, y puesto que la energía curva el espacio-tiempo, de acuerdo a la teoría de la relatividad general de Einstein, esto sugiere que a escalas suficientemente pequeñas, la energía de las fluctuaciones sería suficientemente elevada para causar salidas significativas de dicha energía desde el espacio-tiempo liso visto desde una escala mayor, lo que le daría al entramado espaciotemporal un carácter "espumoso".

Sin duda un buen punto de partida para hacer plausibles los viajes en el espacio a velocidades superiores a la luz, aprovechando la energía del universo y demás entelequias propias del género de la ciencia ficción...

Un par de referencias literarias.

Aunque de concepción altamente científica en un principio, no sólo de física cuántica vive "Estado de Transmisión"; de hecho, la vertiente más social no se descuida en esta novela en la que, por cierto, y a pesar de la distancia en el tiempo, no faltan referencias a obras literarias clásicas ya incluso para nuestra época, y acontecimientos históricos que también han servido de inspiración a más de un libro o película.

* Ya lo dijo en su momento el 'Publishers Weekly': "Tras esta historia subyace la cuestión que ya planteó Orwell: si todos los animales son iguales, ¿qué impide que unos sean más iguales que otros?" Y aunque desde mi punto de vista Moriarty se queda un poco corta a la hora de ahondar convenientemente en este tipo de cuestiones, bien cierto es que en un momento de la historia uno de sus personajes lo dice: todos los cerdos son iguales, pero algunos son más iguales que otros.

Efectivamente, estamos hablando de "Rebelión En La Granja", de George Orwell: una novela satírica acerca de un grupo de animales en una granja que expulsan a los humanos y crean un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en una tiranía brutal. Orwell, un socialista democrático y un miembro del Partido Laborista Independiente por muchos años, fue un critico de Iósif Stalin. La novela fue escrita durante la Segunda Guerra Mundial y, aunque fue publicada en 1945, no comenzó a ser conocida por el público hasta finales de los años 50

"Rebelión En La Granja" constituye un análisis sencillo a la vez que formidable de la corrupción que engendra el poder, en cualquier nivel. Así, la obra posee un doble nivel de profundidad, lo que hace posible que el mensaje del libro trascienda el caso particular del régimen soviético y sea captado incluso por niños que ni siquiera conocen la historia de la URSS, lo que ha llevado a que el libro haya sido utilizado como herramienta educativa incluso en los primeros años de la escolaridad.

En definitiva, una obra siempre recomendable y de importancia ampliamente reconocida, a tal punto que su recuerdo perdura en el mundo del futuro; al menos en el dibujado por Chris Moriarty, por más que los errores en él denunciados se sigan repitiendo. Después de todo, ya se sabe: el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra; pero, sobre todo, es el único lo bastante estúpido como para tropezar con ella después de eso aún una tercera vez... o una cuarta... o una quinta...

* En una de esas deliciosas conversaciones que Catherine y Cohen comparten en la RV (realidad virtual, por supuesto), momento clave en el juego de las insinuaciones veladas de traición a los que se dedican tanto la (el) IA como la jefa de la comandante en la ONU, siempre con la susodicha Li como peón ignorante e inocente, el ente utiliza a modo de advertencia el famoso "affaire du collier de la reine". O, lo que es lo mismo, "el asunto del collar", una de las estafas más descaradas de la historia que tuvo como protagonista a la mismísima Maria Antonieta, al cardenal Rohan, a la condesa Valois de la Motte y al famoso médico, alquimista y ocultista Cagliostro.

Una historia tan compleja e interesante, que hacer un resumen completo aquí resultaría bastante difícil; pero siempre se puede recomendar alguna lectura sobre el tema, que al fin y al cabo, y notas históricas o científicas aparte, esto es un blog literario (o un intento de...), y no otra cosa.

- "El Collar de la Reina", de Alejandro Dumas, es posiblemente la versión más conocida de esta historia; y me atrevería a decir, aún sin haberlo leído, que probablemente una de las más divertidas y amena, pues después de todo pocos tan duchos como el padre de D'Artagnan y compañía para retratar las intrigas de las grandes y regias cortes francesas, ya sea la de Luis XIV o XVI. De hecho, más allá de las novelas de aventuras, Dumas es también un gran autor de novelas biográficas e históricas.
- Una novela más reciente sobre el asunto, fiel a los acontecimientos aunque bastante insípida y poco memorable en términos literarios, es "Los Diamantes de la Guillotina" de Pierre Combescot. En cualquier caso, una versión más que correcta desde el punto de vista de la condesa de la Motte en su intento por recuperar el lustre de su Valois, y un retrato magistral del Versalles del siglo XVIII.

Para los lectores perezosos cuando se trata de hacer incursiones en el mundo de lo histórico, sobre todo cuando hay mucha realeza y pelucas empolvadas de por medio, existe como no podía ser menos versión cinematográfica de este famoso affaire: "El Misterio del Collar" (2001), en la que Hillary Swank se convierte en la inteligente y bella condesita en busca de venganza. Pasable, en el mejor de los casos...

Citas: no sólo de ciencia se vive...

*
"El problema con los amigos era que uno jamás podía deshacerse de ellos. No había ninguna manera de retirar la amistad después de una traición o una decepción. La amistad siempre seguía ahí, junto con todo lo que iba ligado a ella. Simplemente se convertía en algo de lo que uno no se podía fiar, exactamente igual que una casa abandonada: uno seguía sabiendo dónde estaba cada habitación y qué escalón crujía al pisarlo, pero tenía que comprobar cada tabla de madera por si estaba podrida antes de confiarle el propio peso." (Pág. 121)

* "El corazón es complicado. Ya esté hecho de carne, o de circuitos: no siempre ama como tú crees que debiera hacerlo. O a la gente que se supone que debería." (Pág. 234)

Otras obras de la autora.

Chris Moriarty (reconozco que, en un principio, creí que el Chris era tal vez de Christopher o Christian) es una autora de ciencia ficción reconocida por la crítica como renovadora de la ciencia ficción hard, lo cual es discutible... "Estado de Transmisión" es su primera novela, y primera también de la serie 'Spin', compuesta al parecer por tres títulos. El segundo, 'Spin Control', ha ganado el premio Philip K. Dick en 2007 y en él la autora ofrece un estilo más depurado y una nueva visión del futuro creado en la primera parte, con la aparición de los personajes protagonistas de ésta (Catherine y Cohen), si bien no lo son en la segunda.

De próxima publicación son tanto la tercera parte de la mencionada serie ('Ghost Spin') como 'The Inquisitor's Apprentice', una fantasía juvenil que se desarrolla en el Lower East Side del Nueva York de principios del S.XX, donde la magia se mezcla con el crimen y en cuya secuela la autora ya está trabajando.

Te gustará si te gusta... La Priscilla Hutchings de Jack McDevitt o la Elli Quinn de Lois McMaster Bujold (en su serie de Vorkosigan, cómo no). Después de todo la comandante Li, nuestra protagonista, es uno de los mejores ingredientes de esta historia; y aunque como se puede ver la heroina guerrera no es nada revolucionario en las visiones del futuro, siempre es fácil encontrarle el punto a las chicas como ellas.

Otras historias, otras mujeres... más ciencia ficción.

Es hora de ir poniendo punto final a esta entrada, un tanto inconexa y anodina desde mi punto de vista, y no podían faltar mis habituales paralelismos: una trinidad nada santa que, como de costumbre, nace de la libre asociación de mi mente en base a sus peculiares referencias y forma de pensar.

* La primera asociación de ideas, inevitable desde el principio, viene determinada por algo tan sencillo como la coincidencia de un nombre. Un apellido, en realidad: el Sharifi (Hannah) de la víctima cuya muerte es necesario esclarecer y que rápidamente retrotrae al lector a la Jennifer Sharifi de Nancy Kress en su 'Saga de los Insomnes' (compuesta por los títulos "Mendigos En España", "Mendigos y Opulentos" y "La Cabalgata de los Mendigos"). Una interesante visión futurista, que combina a la perfección sociología y ciencia, de una sociedad en la que la ingeniería genética provoca una escinsión a raíz de la aparición de los llamados 'Insomnes', capaces de disponer de mayor conocimiento y poder gracias a que pueden dedicar más horas a sus actividades...

* Para quien haya leido "Tras El Largo Silencio" de Sheri S. Tepper, el paralelismo entre los condensados de Compton y las Presencias de Jubal será más que evidente: formaciones cristalinas que son más de lo que parece, en un mundo explotado en beneficio del resto del universo. Aunque con evidentes diferencias tanto en el estilo y trama general de ambas novelas, como en el carácter de las formaciones cristalinas de una y otra, por una vez tendremos que prescindir de breves reseñas sobre la historia de Tepper, a riesgo de descubrir más de lo conveniente sobre lo que sucede en "Estado de Transmisión"; porque, sinceramente, estoy bastante segura de que fue este paralelismo el que hizo que, para mí, parte de lo que sucede en la obra que nos ocupa fuese tan predecible.

* Por esa práctica tan común en esta historia y en el mundo futuro de Moriarty de ocupar cuerpos ajenos, y no sólo por parte de las IA (que, al fin y al cabo, no tienen otra forma de manifestarse físicamente), "La Huésped (The Host)" de Stephenie Meyer, que ha escrito sobre algo más que sobre vampiros. Una novela que podría clasificarse como ciencia ficción, aunque en realidad no hay mucha ciencia.

Melanie Stryder se niega a desaparecer. La tierra ha sido invadida por criaturas que han tomado el control de las mentes de los humanos en los que se hospedan, dejando los cuerpos intactos, y la mayor parte de la humanidad ha sucumbido. Wanderer, el «alma» invasora que habita el cuerpo de Melanie, se enfrenta al reto de vivir dentro de un humano: las emociones abrumadoras, los recuerdos demasiado intensos; pero hay una sola dificultad que Wanderer no consigue vencer: la anterior propietaria de su cuerpo lucha por retener la posesión de su mente, inundándola con visiones del hombre que ama, Jared, un humano que vive oculto, hasta el punto de que, incapaz de controlar los deseos de su cuerpo, anhela a un hombre al que jamás ha visto. Una serie de circunstancias externas las convierte en aliadas muy a su pesar y parten en busca del hombre que ambas aman a la vez... el primer triángulo amoroso que implica a sólo dos cuerpos, en una novela madura e interesante, muy alejada de lo que uno se esperaría de la autora de "Crepúsculo".

Por cierto, que está por ver si al final esta historia será, o no, primera parte de una trilogía.
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Proximamente: "El Guardián Entre El Centeno", de J. D. Salinger.

2 comentarios:

  1. ¿Aún quieres una explicación "entendible" de lo que es un spin? ;)

    He encontrado este blog buscando críticas precisamente de la segunda parte de esta saga, "Control de transmisión". ¿La has leído o pretendes hacerlo por causalidad?

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  2. Lo estoy leyendo ahora. Me quedan como cien páginas y la verdad es que me está resultando decepcionante. La trama me parece confusa, ya no sabes si estás en "la corriente" o en la realidad... Desde luego nada que ver con los personajes femeninos de MacDevitt o Bujold, que te enganchan desde la página 1.

    Pero me ha impresionado lo detallado de tu análisis y tu conocimiento del género.

    En el futuro seguiré tu blog con interés

    Saludos

    FRL

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